🚀 En pantuflas hacia la eternidad
Imaginar a los protagonistas de la historia en zapatillas de andar por casa produce cierta ternura, porque los visualiza uno como los seres humanos que fueron.
Buenos días, catacrockers:
Hoy vamos a descender al suelo y vamos a hilar una historia que nos llevará desde las botas de los astronautas del Apolo 11 a las babuchas de Miguel Ángel, pasando por las sandalias funerarias del Antiguo Egipto.
Lo que viene a ser un boletín escrito “con los pies” 😅
1. Astronautas con escarpines
Me entero por la newsletter del gran Phil Plait (@BadAstronomer) - también en Substack - de que algunos defensores de la conspiración lunar siguen usando una foto que él mismo sacó al traje de Neil Armstrong para negar que los astronautas fueran a la Luna. Al parecer, estas grandes mentes contemporáneas ven la suela lisa de la siguiente imagen e inmediatamente se dan cuenta de que algo no cuadra con la famosa primera huella fotografiada en la Luna tras el primer descenso del Apolo 11.
“¡Aquí hay tongo!”, les dice su vocecilla interna. “¡Qué listos somos, rediós!”.
El caso es especialmente significativo porque demuestra lo fácil que es sacar conclusiones precipitadas si uno no se molesta en informarse. Lo que sucede en este caso es que los astronautas se colocaban una especie de escarpines o zuecos antes de descender a la superficie. Aquí se ve bien:
Todo esto tiene un punto bastante simpático: los astronautas se vestían dentro del módulo con el traje sin suelas, como bebés en pijama que solo se calzaban para salir al exterior. Y al regresar se quitaban de nuevo los cubrebotas antes de entrar, como cuando nuestras madres nos decían que no lo llenáramos todo de barro - en este caso de regolito lunar.
Y al final de la misión los astronautas del Apolo 11 dejaron los cubrebotas fuera del módulo y se vinieron a la Tierra sin ellos, para compensar el peso de las rocas que se traían de la superficie lunar.
De modo que si un día visita nuestro satélite alguna criatura extraterrestre quizá encuentre dos pares de enormes patucos allí colocados y se pregunte quiénes son sus propietarios y si andan por allí, ¡montando su propia conspiración lunar! 🤪
2. El faraón en pijama
Hablando de calzado histórico, otra imagen que me flipó recientemente fue esta que publicó la gente de My Mordern Met: las sandalias funerarias que vestían algunos personajes nobles del Antiguo Egipto al morir y que incluían ¡sus propios deditos de oro!
Las sandalias con deditos de la imagen se conservan en el Metropolitan Museum de Nueva York y fueron utilizados por algún difunto entre el 1479–1425 a.C.
No paséis por alto el detalle de que falta la funda del dedo gordo del pie derecho; es posible que alguien lo tenga en su casa y se lo ponga de vez en cuando a escondidas para sentirse muy poderoso. ¡Muahahaha!
Los egipcios se preparaban con todo el equipo para viajar al reino de los muertos y no se privaban de ningún detalle. Si los faraones se rodeaban de cientos de gatos y halcones momificados, entre las clases más pudientes algunos se permitían el lujo de irse al otro mundo con sus deditos cubiertos de oro, como esos calcetines que se venden ahora con huecos individuales.
¡Tan a gusto, claro que sí! Esta gente sí que se sabía morir:
3. Las pantuflas de Miguel Ángel
Al hilo de esto, justo en estas semanas se ha publicado el análisis de unas zapatillas encontradas en la casa familiar de los Buonarroti, en Florencia, que se cree que calzó el mismísimo Miguel Ángel. Aunque el foco se pone en la estatura del artista - se calcula a partir de la talla de zapatillas que no superaba el 1,60 m - a mí me interesa sobre todo su aspecto humilde y familiar:
Viendo la fotografía se imagina uno a Miguel Ángel regresando de pintar la Capilla Sixtina y colocándose las pantuflas satisfecho, recostándose en una silla, tal vez en calzoncillos o rascándose la entrepierna… Y confesándole a alguien en la intimidad del hogar: “¡no te vas a creer lo que le hecho esta tarde al stronzo de Biagio de Cesena! ¡Le he pintado una serpiente mordiéndole las pelotas para toda la eternidad!1”.
Y hasta aquí la tontada de hoy. Espero haberos hecho sonreír 😊
Los que llegáis de nuevas, echad un ojo a las newsletters anteriores y suscribíos, que es gratis.
¡Feliz miércoles!
Antonio Martínez Ron, periodista científico y escritor
Puedes seguirme en Twitter | Fogonazos | Next | Instagram | Catástrofe Ultravioleta | La canica azul | Ciencia Catacrocker
Si te ha gustado esta entrada del Boletín Catacrocker , ¿por qué no compartirla con otros?
Este metachiste hace referencia a una newsletter anterior. Porque en esta santa casa se premia la fidelidad ;P