🚀 Pero, ¿tú quién te has creído que eres?
La pregunta no va en plan borde, sino en sentido literal: a veces no venimos de donde creemos ni somos quienes nos han contado.
Buenos días, catacrockers:
Hoy os traigo una pequeña recopilación de líos genéticos y genealógicos que serán especialmente provechosos para el que quiera entretenerse un rato siguiendo el hilo.
Pillad café y acompañadme en estas tres rocambolescas y fascinantes historias 😉 ☕️
1. ¿Entonces, no soy Julia Roberts?
Quizá eres de los que, como yo, viste el titular hace un par de meses pero no profundizaste en la historia. Si es así, creo que merece la pena echarle un vistazo al vídeo y los detalles.
La actriz Julia Roberts participó recientemente en el programa ‘Finding Your Roots’ de la PBS, un reality en el que los invitados famosos se someten a un análisis de ADN en busca de sus ancestros. En un momento dado, el presentador del programa, Henry Louis Gates, Jr., le cuenta a Julia que al revisar los registros han descubierto que Willis R. Roberts, el que ella consideraba hasta ahora su tatarabuelo paterno, nacido en 1835, en realidad no está en su árbol genealógico. Por la sencilla razón de que murió en 1864, una década antes de que naciera su hijo John Pendleton Roberts (su bisabuelo).
La actriz se echa las manos a la cabeza y pregunta: “¿Entonces, no soy una Roberts?”
La respuesta a su pregunta está también en el vídeo. Al cruzar sus datos genéticos con los de otros parientes, los responsables del programa descubrieron una coincidencia con una persona que podría ser su tatarabuelo real: Henry McDonald Mitchell Jr. Es decir, que Julia Roberts podría ser hoy día Julia Mitchell. 🤯
Y un detalle interesante: el tipo vivía a pocos kilómetros de su tatarabuela, pero visitaba con frecuencia su barrio, porque su madre vivía al lado. Toda la línea paterna de Julia viene de una relación de su tatarabuela con el hijo de la vecina. ¿No es fascinante?
2. El libro de familia de Paul Nurse
¿Por qué recupero la historia de Roberts? Para poder contaros otra historia aún más enrevesada y maravillosa de la que me habló hace unos días la genetista Gemma Marfany y que me hizo explotar la cabeza. Una historia de líos genéticos que implica a uno de los científicos de más renombre del mundo, el premio Nobel Paul Nurse.
Los detalles los dio el propio Nurse en una charla que os dejo aquí abajo y cuya transcripción publicó The Guardian ( se agradece, porque es un tal lío que cuesta no perderse). De forma muy breve, digamos que sucedió lo siguiente:
Nurse es nombrado presidente de la Universidad Rockefeller en Nueva York en 2003, así que inicia los trámites para que le concedan la “green card” (el permiso que necesita para trabajar en el país porque es británico). Pero de pronto se lo rechazan porque hay algo raro en el certificado de nacimiento: su madre aparece con otro nombre.
Y así es como, tirando del hilo, y llamando a una prima que vivió con él de pequeño (sus padres ya han muerto) descubre el ‘pastel’: su madre no es su madre. La que él creía que era su madre es en realidad su abuela materna y su verdadera madre es la que él creía que era su hermana mayor. ¿Por qué? Pues es una historia que se repitió a menudo: la madre trabajaba sirviendo en una casa de ricos, el señorito la dejó embarazada y, para simular, fue la abuela la que se hizo cargo de él y mandaron a la chica a otra casa. 🤯 🤯
"Tu hermana quedó embarazada a los 17 años y la enviaron a casa de su tía en Norwich". Esto es como una novela de Dickens, como puedes ver. "Y ella te dio a luz. Su madre, tu abuela, fingió que el bebé era suyo”.
Hay algunos detalles tristes, como que su madre biológica se casó después y tuvo tres hijos; nunca le confesó al marido que el supuesto hermano pequeño era en realidad su primer hijo, y a él no le extrañó que ella tuviera siempre las fotos de los tres hijos y la de Paul en la mesilla del dormitorio. 🥺
La situación es aún más liosa, porque su “madre” (su abuela) le había confesado antes que ella también era ilegítima. Y su “padre” también. La conclusión de la charla de Nurse lo resume todo:
Bueno, la ironía final aquí es que no soy un mal genetista. Y, sin embargo, mi familia bastante sencilla mantuvo mi propio secreto genético durante más de medio siglo.
3. Tres idénticos desconocidos
Si has llegado hasta aquí sin que te haya dado un esguince cerebral, estás preparado para la traca final. La historia de “Tres idénticos desconocidos”, documental que vi en el cine hace años cuando se estrenó y que he vuelto a ver hace poco.
Imagina que un día llegas a la universidad, en tu primer día, y todo el mundo te saluda como si fueras un viejo amigo. Hasta que alguien te llama Eddie y caes en la cuenta: te están confundiendo con otro que es idéntico a ti. Tirando del hilo, con 18 años conoces a un hermano gemelo que no sabías que tenías, y el caso salta a los periódicos. Y a los pocos días te llama otra persona, que ha visto la noticia, y es un tercer hermano que no conocías. En realidad sois trillizos y os separaron al nacer sin que ninguna de vuestras familias lo supiera porque forma parte de un experimento.
Puede parecer que os he destripado el argumento, pero en realidad no, porque eso es solo el punto de partida. Si podéis, no dejéis de verlo, por todas las implicaciones que tiene sobre lo que somos, y hasta qué punto estamos condicionados por nuestros genes o por nuestra educación, y cómo la falta de ética en los experimentos científicos puede alterar la vida de las personas 😣
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Antonio Martínez Ron, periodista científico y escritor.
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