Tiempo de distopĂas y soledad
Sobre âvagabundos de montañaâ y caminantes de patio interior.
Buenos dĂas, catacrockers:
En mitad de estos tiempos oscuros, ¿no habéis tenido alguna vez la tentación de coger vuestras cosas y largaros a un lugar apartado? Conozco mås de un caso en que lo han cumplido. Y alguno que se fue de la ciudad y ya estå de vuelta. El sentimiento de hartazgo y la necesidad de apartarse voluntariamente de la civilización ha sido universal durante la pandemia y ha convivido, curiosamente, con la soledad y el aislamiento forzados. Una extraña mezcla de sentimientos que quizå haya cambiado nuestra manera de tenerle miedo al futuro. De eso, y de algunas ideas sueltas recogidas durante estos meses, quiero hablaros hoy.
1. Vagabundos de montaña
Hoy empezamos al revĂ©s que otros dĂas. Por una palabra. En abril de 2020, con cero vida social y la necesidad de evadir la mente, me topĂ© con un curioso tĂ©rmino en el maravilloso libro âLa biblioteca de hieloâ, de Nancy Campbell. Era una palabra de la mitologĂa de Groenlandia, y me pareciĂł que encajaba entonces con mi estado de ĂĄnimo:
Los qivittut o âvagabundos de montañaâ son individuos con el corazĂłn roto que renuncian a la sociedad y huyen a las montañas, donde se vuelven salvajes y solitarios, y nadie los vuelve a ver.
En aquel momento, la sensaciĂłn generalizada de incompetencia y falta de empatĂa de algunas personas me hacĂa sentir profundamente antisocial. La palabra traĂa a mi cabeza las andanzas de Thoreau en los bosques, la tentaciĂłn de convertirme en un ermitaño. O en algo peor:
Buscando un poco mĂĄs de informaciĂłn sobre los Qivittut (o Qivittoq, como parece que en realidad se llaman), descubrĂ que son criaturas mitolĂłgicas que dan bastante mĂĄs miedito que el abuelo de Heidi, y que se parecen mucho a las que hay en otras culturas. Pero ellos no se apartaron voluntariamente del mundo. La leyenda de estos peligrosos vagabundos de montaña, a los que conviene no acercarse, naciĂł de un hecho real. En aquel lugar inhĂłspito a quien cometĂa algĂșn delito grave se le expulsaba de la comunidad y se le obligaba a vivir solo en algĂșn lugar apartado. La posibilidad de toparse con el âapestadoâ creĂł el mito y moldeĂł el miedo.
Porque nuestras leyendas son una guĂa de aquello a lo que le tememos, como tambiĂ©n nuestros relatos de ficciĂłn.
2. FicciĂłn en tiempos de pandemia
Estos dĂas en que sigo haciendo vida de ermitaño y, aprovechando la âreclusiĂłnâ por la ola de calor, me vi algunas series. En Amazon se estrenĂł hace poco una serie de ciencia ficciĂłn de siete capĂtulos titulada âSolosâ, en la que la premisa es plantear una situaciĂłn del futuro que pueda ser interpretada en un monĂłlogo y mostrar que âincluso estando aislados, todos estamos conectados a travĂ©s de la experienciaâ.
La serie, escrita y dirigida por David Weil, tiene un elenco espectacular de actores, y aunque es bastante ramplona y abusa de lo lacrimĂłgeno, plantea alguna situaciĂłn interesante. La que mĂĄs me gustĂł fue la planteada en el capĂtulo âSashaâ, en el que un personaje, interpretado por la actriz Uzo Aduba, vive aislado en un mĂłdulo de supervivencia despuĂ©s de un acontecimiento dramĂĄtico - posiblemente una pandemia por un virus - y es incapaz de salir de allĂ porque piensa que la estĂĄn engañando y fuera sigue reinando el caos.
Esto dice la sinopsis del capĂtulo:
Veinte años despuĂ©s de que un acontecimiento mundial llevara al mundo a encerrarse, Sasha intenta ser mĂĄs lista que su hogar inteligente, que podrĂa estar manipulĂĄndola para salir .

Me gustĂł el planteamiento por lo que tiene de metadiscursivo y porque resume el espĂritu de la serie. Sus autores han intentado hacer una especie de nuevo âBlack Mirrorâ, pero mientras en aquella ficciĂłn se explotaba el miedo a la tecnologĂa, en esta se ahonda en lo que mĂĄs nos aterra en tiempos de pandemia: quedarnos solos o aislados y no ser capaces de salir de ahĂ. Han cambiado nuestros miedos.
Y yo me pregunto: Âżno habrĂĄ modificado la pandemia tambiĂ©n nuestra personalidad? Yo sospecho que sĂ.
Por cierto, buscando info sobre la serie me encontrĂ© con una entrevista a Weil en la que explicaba cĂłmo fue rodar durante lo mĂĄs duro del confinamiento en EE.UU. y tratar de comunicarse con sus actores con la mascarilla. Y se incluĂa esta foto que contrasta maravillosamente con la historia que se cuenta en la ficciĂłn:

3. Los pasos perdidos del aislamiento
Otro de mis autores favoritos durante esta pandemia ha sido Robert MacFarlane, que en uno de sus libros âLas viejas sendasâ, explora la relaciĂłn entre caminar, pensar y escribir. Mientras preparaba este post, Robert publicĂł este tuit:


MacFarlane celebraba su 45 cumpleaños saliendo un confinamiento (entiendo que por contacto estrecho con algĂșn positivo de coronavirus) y habĂa montiorizado con GPS sus paseos en cĂrculo dentro de su casa. ÂżNo hemos sido todos un poco como ratones encerrados en una caja en estos meses? Yo me recuerdo dando vueltas por mi jardĂn y cĂłmo me ayudaba a pensar. Y mĂĄs tarde dando vueltas por los pinares que hay alrededor de mi casa, siempre por el mismo camino, como el âThinking padâ de Darwin, el sendero alrededor de su casa de Down donde maduraba muchas de sus ideas.
4. Cosas que hacer cuando estĂĄs aislado
Por Ășltimo os traigo la historia de Billy Barr porque es un poco Qivittoq. Lleva cuarenta años aislado voluntariamente en los bosques de Colorado, huyendo de la gente y bajando solo cada dos semanas a por provisiones (tambiĂ©n es un poco el abuelo de Heidi). Lo mejor es que en la soledad, como se aburrĂa, ha ido tomando un registro de las nevadas que ahora tiene un gran valor. Este corto sobre su vida es perfecto para cerrar la reflexiĂłn de hoy.
Y hasta aquĂ la murga. Que pasen ustedes un feliz martes, en compañĂa o en soledad.
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