🚀 Un temblor en el cielo
Este fin de semana el cielo se sacudió sobre nuestras cabezas. Algo muy violento había sucedido en el otro extremo del planeta.
Buenos días, catacrockers:
Ya sé que no han pasado más que 24 horas desde el último boletín, pero lo que os quiero contar hoy es algo extraordinario que ocurrió el fin de semana y merece una entrega extra. Porque es uno de los eventos atmosféricos más interesantes de la historia reciente.
Seguro que ya habéis oído hablar de la explosión del volcán Tonga y el pepinazo que produjo en los cielos de todo el mundo. Pero quiero llamar vuestra atención sobre un par de detalles.
Pillad café y venid conmigo ;)
1. Una pedrada en la atmósfera
En la tarde del sábado 15 de enero, el cielo tembló de forma imperceptible sobre nuestras cabezas. En España ya había caído el sol, eran sobre las 21:30 h en la Península cuando los instrumentos de los meteorólogos captaron un cambio brusco y repentino en la presión. El salto en los barogramas coincidía con lo esperable si una onda que se propaga a la velocidad del sonido pasa por las alturas desde el otro extremo del planeta. Estaban registrando el tsunami atmosférico provocado por la explosión del volcán Tonga, 24 horas antes, a 16.000 km de distancia.
Las imágenes del satélite y la medición simultánea en miles de punto del globo ofrecía con una nitidez sin precedentes la evolución de la onda de presión producida por una explosión de extraordinaria violencia en el Pacífico. Como quien tira una piedra en una piscina. Lo resume mi buen amigo José Miguel Viñas:
“La erupción pone de manifiesto la atmósfera es un medio continuo, sin fronteras, y que cualquier circunstancia que acontece en un determinado lugar, se transmite por toda ella”.
Pero el pepinazo no solo se registró una vez. Resulta que pasó dos veces…
2. La vuelta al cielo
Uno de los aspectos más alucinantes es que los barómetros no registraron un solo cambio de presión, sino dos. En el caso de EEUU se ve estupendamente. El día 15, a primeras horas de la mañana, la onda de presión pasó de oeste a este, como reflejan los diferentes puntos donde se medía la caída de presión:
Y horas más tarde de este a oeste:
Lo que pudo pasar lo ilustra esta animación a la que llego gracias a Pedro J. Hernández. La onda de presión dio la vuelta por ambos lados del globo, convergiendo en las antípodas del volcán, en algún punto de Argelia. Y luego “rebotó” en sentido contrario 🤯 🤯
3. Un tsunami en Baleares
Si aún no te has quedado con el culo lo suficientemente torcido, agárrate porque vienen curvas.
En España, el meteorólogo jubilado Agustín Jansa, uno de los descubridores de un fenómeno que se produce de cuando en cuando en Baleares y que se conoce como “meteotsunamis”, o “rissaga”, empezó a fijarse el sábado en las subidas del nivel del mar en torno a las islas. Por la noche, se registraba una subida de entre 10 y 15 centímetros, pero al levantarse por la mañana descubrió algo más sorprendente.
Si os fijáis en el pico del día 16, a las 8:00 h, veréis lo que estaba pasando: la alteración de la presión producida por la explosión del volcán estaba provocando un meteotsunami en el Mediterráneo, hasta el punto de que ¡levantó el nivel del mar hasta medio metro! 🤯 🤯 🤯
El acoplamiento atmosférico, me cuenta Agustín, provocaba “oscilaciones de hasta 30 cm en la costa sur de Mallorca y hasta 50 cm en Ciutadella”:
“Llevo 40 o 50 años mirando registros de presión es la primera vez que veo una cosa así”, resume emocionado. “Lo que ha ocurrido es un meteotsunami en el Mediterráneo, pero que ha sido excitado por la exposición de un volcán en el otro extremo del mundo”
Si queréis todos los detalles los escribí ayer en: La noche en que una erupción en Oceanía sacudió las aguas del Mediterráneo (Next)
4. El volcán que cambió los atardeceres
Por fortuna, la explosión del Tonga ha sido muy energética, pero parece que no causará los estragos atmosféricos que han tenido erupciones anteriores, como la del Laki, el Tambora y más recientemente el Pinatubo. Pero sobre todo, no ha sido tan poderosa como la del Krakatoa, que es la que a todo el mundo le ha venido a la mente, puesto que aquella fue la primera vez que se hacía un seguimiento de los efectos de la explosión a nivel global.
La explosión del volcán Krakatoa en agosto de 1883, en Indonesia, produjo un tsunami que mató a más de 30.000 personas y la explosión se escuchó en un radio de 5000 kilómetros, según el testimonio de muchos marineros. Para que comparéis los medios con los que se ha observado la erupción del Tonga y los que se emplearon entonces, mirad este gráfico que se publicó cinco años después en el informe elaborado por la Royal Society con la colaboración de decenas de expertos de todo el mundo. Mostraba el área de extensión del sonido de la explosión:
La gigantesca columna de humo y cenizas que se elevó hasta 40 kilómetros de altura y dio la vuelta a la Tierra en apenas dos semanas, produciendo un increíble espectáculo. En diferentes latitudes a lo largo del planeta, la explosión cambió el color de los atardeceres, debido a las enormes cantidades de dióxido de carbono emitidas e introducidas en la estratosfera. Este cambio quedó inmortalizado en algunos maravillosos dibujos de la época, como este:
Algunos investigadores, como Albert Rollo Russell recopilaron toda la información posible a través de corresponsales de todo el mundo sobre el aspecto y duración de los atardeceres y reconstruyó su trayectoria. En 2012, el investigador de la Universidad de Hawái Kevin Hamilton utilizó los datos de Russell para actualizar el mapa y añadir los tonos del atardecer que dejaba la nube a su paso en las latitudes más afectadas:
No solo eso, la erupción del Krakatoa fue fundamental para identificar un nuevo tipo de nubes en la estratosfera, estudiar el papel de los aerosoles en la meteorología, analizar la dirección de los vientos globales en altura y muchas cosas más.
Pero no me quiero extender, porque de todo ello os hablo con mucho más detalle en “Algo nuevo en los cielos”, el libro que saldrá a la luz el 16 de febrero y que espero que provoque en vuestros cerebros un petardazo similar al del Krakatoa. 😊 😉
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Antonio Martínez Ron, periodista científico y escritor
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Gracias!, una hermosa información
Todo queda más claro con estas explicaciones! Pero a mí me queda una duda: podría ser que en la generación de este tipo de fenómenos, tuviera algo que ver unas pruebas que está haciendo un Sr de Corea?