🚀 Secretos de los árboles

Algunas de las historias más interesantes de la vida vegetal no están a la vista.

Buenos días y feliz año nuevo, catacrockers:

Voy a intentar superar la vagancia de las navidades y retornar a la rutina semanal del boletín, aunque os confieso que me va a costar recobrar el ritmo. Hoy os traigo unos apuntes sobre los secretos de los árboles, un tema que me fascina 😊

Preparad café, pero esta vez sin roscón. ¡Vamos allá!

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1. Un laberinto bajo el suelo

A través de This is Colossal descubro esta maravilla de repositorio: “Root System Drawings”, un archivo con 1.180 dibujos de plantas con sus raíces. Se trata del proyecto de dos botánicos, Erwin Lichtenegger y Lore Kutschera, cuyo objetivo ha sido documentar minuciosamente la parte de la planta que habitualmente queda oculta a nuestra vista.

Digitalizado por Wageningen University & Research, el extenso archivo es la culminación de 40 años de investigación en Austria que involucró cultivar y retirar cuidadosamente la vida vegetal desarrollada bajo el suelo para su estudio. Ahora cuenta con más de 1.000 representaciones de raíces sinuosas y delgadas, algunas de las cuales se ramifican en una extensión de varios metros.

Como veis, a menudo el sistema de raíces triplica o cuadriplica el tamaño de la planta en superficie:

Y otras veces desciende a una profundidad increíble:

¿No habéis arrancado alguna vez una mala hierba para descubrir que había clavado una raíz gigante en las profundidades del suelo? Viendo estos maravillosos dibujos se me ocurre que si el suelo fuera transparente y pudiéramos ir viendo hasta dónde se extienden algunas de estas plantas, en apariencia insignificantes, lo fliparíamos.

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2. Maneras de cortar un tronco

Leyendo sobre los esquemas de raíces de plantas recordé una vieja entrada en Fogonazos, sobre las múltiples formas en que la industria maderera corta los troncos para producir piezas que tengan distintas utilidades.

Os pongo aquí lo que escribí entonces y os pego dos ejemplos de corte:

Hoy en día se usa madera de más de 2000 especies de árboles, cada una con sus características, pero determinados cortes son más apropiados para potenciar la flexibilidad o la resistencia y cada uno de ellos produce un dibujo diferente en el tablón que obtenemos al final. En la web de ArchDaily tenéis un pequeño catálogo que ayuda a comprender muy bien cuáles son los trucos de esta industria.

Aparentemente, un ojo experto podría distinguir el corte que se ha hecho en la madera para construir una puerta o un mueble y contarte una pequeña historia sobre el árbol al que perteneció.

Y eso es justamente lo que hacen unos científicos llamados dendrocronólogos ;)

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3. El mensaje de los árboles

En julio de 2020 publiqué un reportaje en Next sobre los hallazgos que nos brinda la dendrocronología, la ciencia que permite la datación a partir del estudio de los anillos de los árboles, además de una entrevista con la investigadora Valerie Trouet, autora del estupendo libro “Tree Story”. En ocasiones, como en el tronco de la imagen, los anillos recogen acontecimientos violentos o traumáticos, como la inundación del camping de Biescas en 1996. Pero lo más frecuente es utilizarlos para el registro de los cambios de temperatura en el pasado y las variaciones en la atmósfera.

La técnica se aplica igualmente para estudiar la madera en objetos fabricados por el hombre, como un violín Stradivarius, un mueble de época o un cuadro famoso. En aquella ocasión tuve la suerte de charlar con Maite Jover, que trabaja en el Laboratorio en el área de Restauración del Museo del Prado y utiliza estas técnicas de datación a través de los anillos de los árboles para su trabajo con los cuadros. Ella y su equipo participaron en la restauración de “El Calvario” del pintor flamenco Roger van der Weyden, que se encuentra en El Escorial. Aquí la tenéis examinando la madera de un cuadro del Museo Thyssen para datarlo con más precisión:

Y aquí un detalle de la madera del cuadro El Triunfo de la muerte, de Jan Brueghel “El Viejo”, donde se aprecian lo que un día fueron anillos:

En aquel artículo os hablaba de la investigadora española Marta Domínguez Delmás, que trabaja en la Universidad de Amsterdam y se ha especializado en datar la madera de edificios antiguos y barcos hundidos. Hace unos meses ella y su equipo publicaron un estudio sobre el naufragio del barco Batavia de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales en 1629. A partir de las maderas del barco hundido, como esta que veis abajo, pudieron obtener datos muy valiosos sobre cómo se cortaron aquellas tablas, de dónde se obtuvieron los árboles y qué técnicas permitieron el éxito holandés en el comercio mundial.

Con esta especie de radiografía de los maderos del barco hundidos, Marta y sus colegas pudieron conocer qué cortes habían hecho a la madera los holandeses, penetrando en los secretos que hasta entonces habían permanecido en el fondo del mar.

Descubrimos que la madera para los elementos estructurales de Batavia provenía principalmente de los bosques de Baja Sajonia (noroeste de Alemania). Los marcos utilizaron las fuertes propiedades de las fibras de madera curvada de estos robles. Como se obtuvo más cerca de casa, esta madera puede haber sido más barata y más fácil de adquirir.

El tema de la dendrocronología da para muchísimo. Para quien tenga más curiosidad, además del enlace al reportaje y la entrevista a Trouet, os dejo el capítulo “Señales” de La Canica Azul, en el que explicamos con detalle muchas de estas investigaciones de la mano de las protagonistas.

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Y hasta aquí el viaje de hoy. Este boletín es gratis, pero si queréis echar una mano compartid esta entrada en redes sociales, a ver si otros se apuntan a las chiribitas en el cerebro. Gracias por seguirme 😊

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Antonio Martínez Ron, periodista científico y escritor

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