đ Mensaje en una mariposa
Tienen fama de delicadas, pero las mariposas pueden ser viajeras de larga distancia, esconder mundos en su interior y hasta participar en historias de espĂas.
Buenos dĂas, catacrockers:
Aunque aĂșn no ha llegado la primavera, con tantos dĂas de sol ya revolotean por ahĂ las primeras mariposas entre las flores. Hoy os traigo algunas historias de estos insectos que creo que os sorprenderĂĄn.
Un cafĂ© y nos vamos âvolandoâ đŠ đ
1. Mariposas en el teatro del tiempo
No hace mucho tiempo os hablĂ© por aquĂ de las sorpresas que uno puede encontrarse entre las pĂĄginas de un libro. A aquellas historias podrĂa añadirse ahora el reciente hallazgo de Jenni Lecky-Thompson, bibliotecaria jefa del Trinity Hall, en la Universidad de Cambridge.
Jenni ojeaba las pĂĄginas de un libro de 1634 conocido como el âTeatro de los insectosâ, o Insectorum sive Minimorum Animalium Theatrum, cuando entre las ilustraciones de mariposas se encontrĂł algo inesperado:
âMientras miraba nuestra copia, me encontrĂ© por casualidad con una mariposa (âŠ) junto a la imagen que la acompañaba. Existe una sorprendente similitud entre la xilografĂa y la mariposa, que por supuesto era la intenciĂłn de que el aficionado a los insectos pudiera identificar las diversas especiesâ
Para su sorpresa, junto a la descripciĂłn y los grabados de la mariposa de la ortiga (Aglais urticae) habĂa un espĂ©cimen real perfectamente conservado. Esto es algo que se suele hacer con los libros de botĂĄnica, en cuyo interior se conservan a menudo plantas prensadas, pero mucho menos frecuente con insectos.
ÂżCuĂĄnto tiempo habĂa pasado aquella mariposa oculta entre las pĂĄginas del libro? Los conservadores creen que puede llevar ahĂ mĂĄs de tres siglos:
âEste [insecto] podrĂa haber sido puesto allĂ por el primer propietario en el siglo XVII, y si es asĂ, es sorprendente que haya sobrevivido allĂ durante tanto tiempoâ.
La bibliotecaria ha encontrado textos de la Ă©poca donde se recomendaba conservar asĂ las mariposas, asĂ que no es totalmente disparatado pensar que lleva entre sus pĂĄginas mĂĄs de 300 años. AquĂ tenĂ©is un breve vĂdeo en el que resume su hallazgo y nos hace soñar con posibles explicaciones:
2. La mariposa âPS 397â
Lo que veis sobre estas lĂneas es el final de una historia maravillosa. En la dĂ©cada de 1950, los canadienses Fred y Norah Patterson se obsesionaron con las mariposas monarca y con una cuestiĂłn muy concreta: ÂżdĂłnde iban aquellos insectos durante los meses frĂos cuando las veĂan volar hacia el sur? Durante años desarrollaron un sistema de etiquetado lo suficientemente suave como para no dañar a las mariposas y lo suficientemente bien pegado como para que no se cayera. Empezaron una campaña para reclutar observadores por correo y en todas las etiquetas se incluĂa un mensaje:
âEnviar a la facultad de ZoologĂa de la Universidad de Torontoâ
El final de la historia, como os contĂ© en Fogonazos, se produjo en 1975, cuando alguien localizĂł un santuario de mariposas monarca en el centro de MĂ©xico que hasta entonces habĂa pasado desapercibido y los Patterson viajaron hasta allĂ para conocerlo en persona. Cuando paseaba entre los insectos que habĂan caĂdo al suelo, Fred identificĂł una mancha blanca y una etiqueta en el ala de una mariposa con un nĂșmero distintivo: PS 397.
Aquella era una de las miles de mariposas etiquetadas por Ă©l y su mujer con tanto cuidado y la recompensa a toda una vida de esfuerzos.
3. Mensaje secreto en una mariposa
Una de las mejores historias de mariposas es la que contĂł el militar britĂĄnico Robert Baden-Powell - conocido como fundador del movimiento Scout - en su libro âMy Adventures as a Spyâ (Mis aventuras como espĂa) de 1915. En Ă©l revelaba que en muchas de sus misiones en los Balcanes o en la guerra Anglo-BĂłer habĂa aprovechado su condiciĂłn de coleccionista de mariposas para enviar mensajes codificados sin que fueran detectados.
AsĂ, el dibujo de una mariposa que veis arriba contenĂa un mapa de las fortalezas y posiciĂłn de la pieza de artillerĂa del enemigo mediante un cĂłdigo previamente acordado:
âEste boceto de una mariposa contiene el contorno de una fortaleza y marca tanto la posiciĂłn como la potencia de los cañonesâ, escribiĂł. âLas marcas en las alas entre las lĂneas no significan nada, pero las de las lĂneas muestran la naturaleza y el tamaño de las armas, de acuerdo con las clavesâ.
Para los funcionarios locales que controlaban el correo, aquellos dibujos de mariposas eran un entretenimiento inofensivo, pero Ă©l estaba colando valiosa informaciĂłn sobre las infraestructuras militares del enemigo. Como en este esquema de una polilla:
Tenéis mås info en Atlas Obscura.
4. Las mariposas de Nabokov
Uno de los estudiosos de las mariposas mĂĄs conocidos fue el escritor Vladimir Nabokov, quien las capturĂł y clasificĂł desde los 7 años de edad y contribuyĂł con el descubrimiento de varias especies. Sus dibujos y esquemas de los patrones de las mariposas- que se recopilaron hace poco en un maravilloso libro titulado Fine Lines - parecen, curiosamente, misteriosos mensajes cifrados en su anatomĂa. Durante muchos años, su obsesiĂłn fueron los genitales de estos insectos. Lo describen asĂ los autores de Fine Lines:
âEn los genitales de las mariposas, Nabokov descubriĂł un espacio interior y formas de extraña simetrĂa y asimetrĂa: hermosos ganchos y capuchas, antebrazos, pugilistas, broches y peines, espuelas, cepillos y codos, ÂĄincluso indicios de miembros del Klu Klux Klan y diminutas orugas o elefantes!â
Como recuerdan en The New Yorker, fue el estudio de los genitales de las mariposas lo que llevĂł al autor de Lolita a plantear su hipĂłtesis mĂĄs atrevida, que las mariposas azules del gĂ©nero Polyommatus se habĂan originado en Asia y viajaron a AmĂ©rica a travĂ©s del estrecho de Bering hace muchos miles de años y se extendieron por todo el continente hasta Chile.
Durante mucho tiempo se considerĂł que Nabokov habĂa sido un simple aficionado, pero en 2011, un estudio encabezado por el grandĂsimo Roger Vila a partir del anĂĄlisis de ADN de estas mariposas mostrĂł que ÂĄNabokov tenĂa razĂłn en su hipĂłtesis!
5. Mariposas de altos vuelos
A Roger Vila tuve la suerte de conocerle hace unos años, cuando me contĂł la aventura de las mariposas de los cardos (Vanessa cardui) capaces de migrar miles de kilĂłmetros desde el norte de Europa hasta el Ăfrica subsahariana (Ver: La mariposa que recorre 4.000 km para bailar con los leones). Y es que solemos imaginar a estos insectos revoloteando a pocos centĂmetros del suelo, pero resulta que son capaces de viajar muy lejos y a mucha altura.
- Pero, un momento, aberrĂłn, Âżhoy no nos cuelas una morcillita sobre tu libro?
- Bueno, va đ
Entre los primeros aeronautas que ascendĂan a grandes alturas en globo, allĂĄ por el siglo XIX, encontrarse con criaturas vivas en aquel reino alejado de la superficie supuso un gran impacto. Entre ellas habĂa grupos de mariposas que viajaban de un lado al otro de la tierra. âMariposas flotando alrededor de la barquilla del globoâ, escribiĂł Camile Flammarion hablando de un vuelo realizado en 1867. Y cuando las volviĂł a encontrar, a casi 2.000 metros, se preguntaba:Â
âÂżQuĂ© estarĂĄn haciendo a semejante altura? ÂżLas trajimos hasta aquĂ a bordo del globo? Sea como sea, revolotean como si estuvieran en su atmĂłsfera naturalâ

Esta es una de las muchas sorpresas que se llevaron los primeros navegantes de la atmĂłsfera y que os cuento en âAlgo nuevo en los cielosâ. Si estĂĄis en Madrid este jueves, lo presentamos a las 19h en Espacio FundaciĂłn TelefĂłnica, donde darĂ© una breve charla y conversarĂ© con mis dos compañeros de viaje, Miguel A. Delgado y JosĂ© Miguel Viñas.
SerĂa un placer veros allĂ y firmaros un ejemplar, si querĂ©is. Para los que vengan, ÂĄregalo un marcapĂĄginas- cianĂłmetro! đ


Y hasta aquĂ el pequeño viaje de hoy. Compartid esta entrada en redes sociales si os apetece, para que seamos mĂĄs. Gracias por seguirme đ
Los que llegĂĄis de nuevas, echad un ojo a las newsletters anteriores y suscribĂos, que es gratis.
Antonio MartĂnez Ron, periodista cientĂfico y escritor
Puedes seguirme en Twitter | Fogonazos | Next | Instagram | Catåstrofe Ultravioleta | La canica azul | Ciencia Catacrocker