🚀 Memorias de una cápsula
Lo más bonito de una gran aventura está muchas veces en los detalles.
Buenos días, catacrockers:
Interrumpo vuestras merecidas vacaciones porque tengo una bonita historia que compartir con vosotros y ya va tocando ponerse las pilas. Hoy os quiero hablar de uno de los viajes más maravillosos realizados por el ser humano y un pequeño detalle de aquella aventura.
Pillad el café y vamos al lío 😉 ☕️
1. Tres pequeños exploradores
Mirad esas tres caritas. Mientras investigaba sobre el primer vuelo a la estratosfera por parte de Auguste Piccard y Paul Kipfer en 1931 para contarlo en “Algo nuevo en los cielos”, me encontré con esta maravillosa fotografía en la web de Bertrand Piccard.
Podía deducir que se trataba de los hijos de Auguste Piccard dentro de la cápsula con la que este y su compañero de aventuras ascendieron hasta los 15.971 metros. Y me apetecía escribir sobre esos tres personajes y sus caras de ilusión, que recuerdan claramente a los protagonistas de los libros de Harry Potter, de la cápsula en la que están, de lo que significó la hazaña de su padre… pero me faltaban detalles.
Detalles que ahora me ha contado su nieto, Bertrand Piccard.
Antes de nada, un poco de contexto. Bertrand Piccard pertenece a una familia suiza que representa quizá la saga de aventureros más conocida de la historia: ya habéis visto que su abuelo Auguste fue el primero en subir a la estratosfera (tan genial que inspiró la figura del profesor Tornasol), pero es que su padre, Jacques Piccard, fue el primero en descender a las profundidades de la fosa de las Marianas junto a Don Walsh a bordo del submarino Trieste en 1960, y él mismo fue el primero en hacer una vuelta al mundo sin escalas en globo en 1999, tras recorrer 40.814 kilómetros. Casi nada.
Y ahora volvamos a la foto.
Aprovechando que Bertrand Piccard puso un tuit recordando el 90 aniversario del segundo ascenso a la estratosfera de su abuelo, le pregunté. Y me respondió esto:
@aberron Il s’agit de mon père et deux de ses sœurs (Denise et Marianne) dans la capsule stratosphérique de mon grand-père. La capsule est restée quelques temps sur le glacier où elle avait atterri et a été endommagée.“Se trata de mi padre y dos de sus hermanas (Denise y Marianne) en la cápsula estratosférica de mi abuelo. La cápsula permaneció algún tiempo sobre el glaciar donde había aterrizado y sufrió daños”.
2. Grafitis en el fin del mundo
Una vez despejada la primera duda, ¿qué son todas esas firmas y grafitis que presenta la cápsula en la que están los tres críos?
Efectivamente, después del viaje hasta las alturas, Piccard y Kipfer tuvieron un accidentado aterrizaje y fueron a caer en una zona de alta montaña en los Alpes. Ellos no sabían exactamente dónde estaban, pero cayeron sobre el hielo en el glaciar Gurgl, a 2.800 metros de altitud. No se mataron de milagro.
Auguste contó lo que pasó después en su inolvidable libro “Sobre las nubes, bajo las olas”.
Al amanecer, de aeronautas nos convertimos en alpinistas; unidos por doble cuerda, sondando a cada paso la nieve con un caña encontrada entre los accesorios del globo, llegamos al borde del glaciar y, buscando paso a través de las rocas, descendemos lentamente hacia el valle. A mediodía nos alcanza una patrulla de esquiadores venidos de Gurgl en socorro nuestro, y nos conduce al pueblo.
Después del rescate, la cápsula quedó durante meses abandonada en el hielo y recibía muchas visitas… Lo que explica lo de los grafitis. Otra respuesta de Bertrand:
@aberron Ce sont des graffitis laissés par les promeneurs qui sont venus voir la capsule sur le glacier où elle avait atterri avant qu’elle soit récupérée.Se trata de grafitis dejados por caminantes que acudieron a ver la cápsula en el glaciar donde había aterrizado antes de ser recuperada.
Buscando info sobre qué pasó con la góndola, me encuentro un hecho divertido que cuentan en esta web en alemán: los habitantes de la zona se resistieron todo lo que pudieron a que se la llevaran, porque su presencia atraía a muchos visitantes y estaban “haciendo el agosto” 😅
Así que ya tenía respuesta a mis dos curiosidades: quiénes eran exactamente aquellos niños y quién había pintado todas aquellas firmas en la cápsula, que le da un aire decadente y misterioso a la imagen del principio. Eran los turistas.
En la web del museo local hay más imágenes de gente que subió a ver la góndola. Este debió de ser de los primeros, porque está incrustada en el hielo y no hay firmas:
Finalmente, la cápsula de Piccard fue transportada de regreso a Bruselas en abril de 1932, hasta el Musée Royal de l'Armée de Bruselas. Para los que tengas interés, hay un vídeo de la recuperación del globo y desmantelamiento de la góndola tras el rescate y de la recuperación de la cápsula meses después.
3. De padres a hijos
Al mirar otra vez la imagen del principio, la de los tres críos dentro de la cápsula con la que su padre ha subido a la estratosfera, intento analizar por qué me fascina tanto. Quizá porque son tres chavales asomados a un agujero, sin saber muy bien qué les deparará la vida, en el interior de un objeto absolutamente extraordinario, de los que invitan a soñar. Imagino que se hicieron la foto una vez que la cápsula fue trasladada al museo y que en el momento de la instalación el fotógrafo quiso hacer un retrato divertido.
Da vértigo pensar que el chico de las gafas bajó años después hasta el lugar más profundo del océano en un batiscafo más o menos parecido. Sobre ellas y sus sueños, como suele suceder, sabemos muy poco 😔
Para terminar, y como bola extra, os dejo este vídeo en el que un equipo de publicistas hizo un pequeño homenaje muy creativo a las dos aventuras de los Piccard en las alturas y las profundidades. No es realista, pero me parece una preciosidad, y va de esos sueños que pasan de padres a hijos. [No es publi pagada, ojo, solo entusiasmo]
Espero que os haya gustado la historia. Por cierto, estoy que lo regalo: sobre grafitis molones y aventuras humanas, os recomiendo leer la entrada “Lo que los astronautas escribieron en las paredes”, de Fogonazos. Sobre “cápsulas del tiempo”, hicimos un capítulo de Catástrofe Ultravioleta.
*Los que me leéis desde México, estaré en CDM el martes 30 y después en el Hay festival de Querétaro. Pásense a saludar :)
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Antonio Martínez Ron, periodista científico y escritor
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Una maravilla, gracias.
Bienvenido a México. Espero tener la oportunidad de saludarlo. He disfrutado mucho de su libro y de sus publicaciones. Muchas gracias por esos momentos de lectura tan gratos.