🚀 Ingredientes para una distopía
Si yo fuera escritor de ciencia ficción, sentiría que el presente me está robando ideas.
Buenos días, catacrockers:
Hoy os traigo tres fogonazos rápidos sobre cómo las tecnologías de retransmisión en directo (streaming) y algunos aspectos de la IA están cambiando la forma de producir y consumir contenido de millones de personas. Os confieso que me parece fascinante e inquietante a la vez.
Pillad el café, que vamos ☕️
1. Ángeles en el callejón
Este fin de semana se ha viralizado un hilo de la tuitera china Naomi Wu en el que cuenta cómo algunas streamers de su país se juntan para hacer sus transmisiones en barrios ricos porque - según ella - así reciben más donaciones (el algoritmo les da más visibilidad por criterio de proximidad).
Colocadas en fila y con los flexos circulares sobre sus cabezas a modo de aureolas, o nimbos, parece un callejón lleno de ángeles. No estoy seguro de si lo hacen por acercarse a los ricos, porque buscando la historia en los medios chinos (con el traductor, ojo) leo que las chicas quedaron para transmitir juntas en la ciudad de Guilin y formar una "calle de celebridades de Internet".
Por lo visto, llevan como un año instaladas debajo de un puente (literal) ocasionando molestias a los vecinos, como un pequeño ejército de mendigas digitales que tratan de captar atención (aunque algunas ganan miles de euros al día, eso también) .
En los últimos meses se han publicado muchas noticias sobre las supuestas “granjas de streamers” de China, muchas de ellas bastante amarillistas. En realidad se refieren a una escuela de streamers en la que se entrena a más de 200 chicas en el arte de seducir a la audiencia a través de sus canales en redes sociales.
En el diario The New York Times hicieron un excelente reportaje en el que se ve cómo las entrenan explícitamente para la búsqueda de hombres ricos (minuto 6) y les dicen cosas como estas:
“Son solitarios y están buscando una conexión espiritual. Pueden mandarte regalos sin decirte nada. Él llega y echa un vistazo a la transmisión en directo durante un rato. Al principio solo te observa. Pero de repente dices la cosa adecuada, cantas la canción correcta. Y entonces empiezan a entrar las donaciones.
El reportaje tiene detalles maravillosos, como cuando dos streamers comentan que los espectadores preguntan a menudo por los libros de la estantería, que son todos de cartón piedra. Porque en este cielo de querubines cibernéticos es todo de pega.
En el minuto 8, uno de los fans dice algo que a mí me parece clave en el éxito de la fórmula del streaming en general, aplicable también a los fenómenos como los de Ibai o Auronplay. El chico siente que la presentadora del canal es su “amiga”. Y en cierta manera es por eso que miles de adolescentes siguen a estos líderes, y se pasan horas enganchados a sus canales; porque les hacen sentir que forman parte de un grupo enorme de “amigos”.
“Creo que las relaciones virtuales pueden sustituir a las reales”, dice el chaval. Merece la pena darle una vuelta.
2. No mires a los ojos del streamer
Lo dejé escrito en una pieza a principios de año. Una de las características de los tiempos que vienen es que la tecnología hará cada vez más difícil distinguir entre lo real y lo irreal (este ha sido el material de algunas de las mejores obras de ciencia ficción, como las de Philip K. Dick)
En los últimos tiempos ya no hay una respuesta simple a la pregunta angustiante de ¿esto es real?, asegura el escritor chileno Benjamín Labatut, “porque lo que está pasando a nuestro alrededor es real e irreal a la vez”.
Ya no es solo que nos costará distinguir si nuestro interlocutor es un humano o una Inteligencia Artificial como el ChatGTP, sino que en pequeñas acciones en nuestro día a día no sabremos si lo que vemos es 100 % auténtico. Como si la persona al otro lado de la pantalla nos está mirando o está pendiente de sus cosas.
¿Hay algo más personal y humano que hablarle a una persona mirándole a los ojos? ¿Hay una trampa más inquietante que esta? Llevado a la esfera pública, cada vez que un político dé un discurso mirando a cámara, ¿sabremos distinguir si de verdad nos mira él o el algoritmo?
3. Muertos en la nube
En las últimas semanas no dejamos de conocer nuevas y sorprendentes aplicaciones basadas en las inteligencias artificiales conversacionales. Desde la IA que les cuenta un cuento a tus niños que comenta aquí Marilink (Tiny Storie) a la capacidad largamente soñada por la ciencia ficción de subir a la nube a tus seres queridos para poder hablar con ellos después de muertos.
Es lo que ofrece supuestamente al empresa surcoreana Re;memory, que graba siete horas de conversaciones con personas que están en fase terminal o cerca de morir y construyen con ese material un algoritmo que conserve parte de su personalidad y sus recuerdos.
¿Seríais capaces de contratar algo así? Yo, personalmente, no estoy totalmente seguro. Espero vuestros comentarios 😉
Gracias por seguir ahí. Recordad que, como las streamers chinas, yo intento gustaros a vosotros (aunque no me hace falta que seáis ricos, me basta con que sigáis siendo tan “riquiños”). Si compartís la existencia de esta newsletter con otros humanos, más seremos y mejor lo pasaremos.
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Antonio Martínez Ron, periodista científico y escritor.
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¡Los caminos por los que nos va a llevar la AI son insondables! jajaja
¡Que bueno que acabó la sequía de boletines!
Cuando leí por primera vez los de las chicas en las calles, la frase "mendigas digitales" fue lo primero que me vino a la cabeza, no sigo influencers de ninguna plataforma (excepto a ud, pero no creo que se considere influencer), me resisto que alguien me diga que comer, vestir y hasta pensar.