Buenos días, catacrockers:
Vamos con una sesión ligera, que esta semana llevo un par de newsletters demasiado ‘intensitas’ ;)
1. El chochín que no podía volar
Había leído sobre el chochín de la isla de Stephens (Traversia lyalli), una pequeña ave que no podía volar que vivía en la islas de Nueva Zelanda y que se extinguió a finales del siglo XIX, pero nunca había visto un ejemplar. Gracias a la investigadora Jenna McCullough me entero de que hay uno en el Museo Carnegie de Historia Natural de EE.UU. y su aspecto es maravilloso:
Aunque no es tan famoso como el pájaro Dodo, la historia del chochín de Stephens es bastante popular entre los ecólogos porque se atribuye la desaparición del último ejemplar a la instalación de un grupo de ingleses en el faro de la isla y en concreto al gato de la familia. La historia es un poco más compleja, como contó Txema Campillo en un artículo de Naukas (“La culpa no fue del gato”), pero es igualmente fascinante. En resumen, la culpa de su desaparición fue de los humanos, pero no toda de los europeos ni de los gatos:
Con los datos actuales, que se conocen de los estudios del registro fósil, el chochín de Stephens (Traversia lyalli) fue una especie que habitó toda Nueva Zelanda y cuya extinción fue causada por la rata polinesia (Rattus exulans) introducida por los maoríes varios siglos atrás. Si sobrevivió en ese pequeño islote fue porque la rata nunca llegó allí pero los que si llegaron fueron los europeos con sus gatos (sí, europeos y gatos, en plural) que le dieron el remate final.
Pero el pajarillo es tan adorable que no me extraña que Jenna diga que se ha emocionado tanto al descubrir este ejemplar como un milennial que viera por primera vez a Britney Spears:
2. El pajarín que viajaba en el tiempo
Y ahora haremos algo extraordinario. Desde Nueva Zelanda viajamos a la Europa del siglo XVI y desde allí volvemos mágicamente a Nueva Zelanda a través de un cuadro de El Bosco que contiene un túnel del tiempo. Sí, has leído bien. Vayamos hasta “Tríptico del carro de heno”, pintado entre 1512 y 1515. En concreto a una zona del cuadro que he marcado con un círculo:
Y ahora, como en CSI, hagamos zoom:
Parece un kiwi, ¿verdad? Otra ave no voladora autóctona de Nueva Zelanda, pero hay un pequeño detalle. Lo señalaba Joaquín Gómez Cano en este estupendo artículo en ABC (El Bosco y los secretos de los pájaros):
…pero hay que tener en cuenta que El Bosco murió 60 años de que el español Juan Fernández pasara por la zona, 130 antes de que Abel Tasman desembarcara en la isla momentáneamente y 250 antes de que llegara el capitán Cook ¿Cómo pudo entonces pintar El Bosco con tanta perfección un animal que no se conocía en su época? ¡Misterio!
Yo apuesto a que fue el cornezuelo del centeno, pero de eso hablamos otro día ,)
3. El halcón fuera de lugar
La última de propina. ¿Qué haces cuando el halcón que se supone que está para espantar a las aves del aeropuerto se posa en tu avión? ¡Pues pedir refuerzos! XD
Que pasen ustedes un feliz miércoles ;)
*PD: Ayer le di a enviar a la newsletter antes de tiempo y contenía varias erratas. Ustedes disculpen, que fue por la emoción. No volverá a suceder.
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